Asociación para el estudio de temas grupales, psicosociales e institucionales

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Fecha de Publicación

25/01/2013

Noticias: Se edita DESBORDES DEL GRUPO AMPLIO por Horacio C. Foladori

DESBORDES DEL GRUPO AMPLIO

Horacio C. Foladori



DESBORDES DEL GRUPO AMPLIO

Horacio C.  Foladori

(Formato e-book, de venta en www.amazon.com)

PRESENTACIÓN

Los trabajos que aquí se presentan giran todos ellos de un modo u otro alrededor del tema del grupo amplio. Estas reflexiones se sitúan tanto en el registro teórico como clínico, por cuanto lo que acontece en el grupo es siempre una propuesta para ser pensada en el aquí y ahora. Luego, se trata de darle consistencia conceptual analizando los alcances y repercusiones del proceso grupal concreto.

A su vez el espacio del grupo amplio no puede deslindarse de un cierto cruce con lo institucional que por un lado lo contiene y limita como que también forma parte de la constitución del grupo mismo, a partir de su “legislación” externa e interna que lo rige. Más que en el campo de la salud, el devenir del grupo amplio se desborda en lo educacional y sobre todo en lo político. En el primer caso está ausente aún una honda reflexión acerca del dispositivo del aula entendido este en el eje de la grupalidad y paralelamente en el de la institucionalidad que lo norma. En el segundo caso, sus movimientos en expansión y amplitud recuperan un hacer que proyecta muchas veces ilusiones –cuando se trata más de afiliarse a una utopía externa- o a esperanzas – en el caso de resultar de una confluencia autogestiva.

No está clara desde la coordinación la diferencia entre el trabajo del grupo o el trabajar en grupo por cuanto el grupo amplio tiene una potencia que disuelve a todos sus miembros, incluso a los equipos profesionales que operan como coordinadores o consultores. Es raro que en el grupo amplio algo de claridad pueda tener lugar, mas bien se constata el fenómeno de splitting que abarca a la totalidad de sus participantes incluidos los equipos técnicos. En tal sentido hay una sistemática pérdida de identidad que hay que soportar en dicho torbellino: lo que ocurre es suficientemente regresivo como para que las palabras no alcancen a poner nombre a su movimiento. De ahí en más que lo mejor que se rescata es el uso de metáforas, herramienta que el propio grupo pone en juego para lograr tanto algo de cohesión como de esbozar líneas de fuga del pensamiento que se dispara. Porque el grupo amplio, por regla general, es productor de angustias intensas que socavan la institución de los compromisos, desmovilizan porque paralizan y hasta confrontan identidades en una suerte de tsunami que arrasa con todo a su paso. Y todo ello a pesar de ciertas sensaciones de bienestar, de protección, incluso de productividad que también pueden tener lugar en su interior.

Como se podrá apreciar los trabajos se ubican en un abanico teórico, clínico, técnico y hasta sanitario proveyendo tanto reflexiones como experiencias realizadas a partir de demandas coyunturales. Tal vez el factor que enlaza a unos y otros tenga que ver con la dominancia de una escucha psicoanalítica que, apoyada en una teoría de la lectura de discursos propia, es capaz de inaugurar decididamente un proyecto de investigación-acción. Porque de lo que se trata es de transformar-transformarse en ese movimiento del lenguaje que lejos está de poder atrapar sentidos fijos y congelar entonces una “interpretación” definitiva. El dispositivo es rico en la producción de agenciamientos colectivos donde se patentizan deslices por un territorio siempre en construcción, siempre con modalidad de extrañamiento de lo que se muestra en su lenguaje.

El asunto de los dispositivos merece toda la atención. En este caso, varios han de ser propuestos: el circo romano, la espiral, el multigrupo, experiencia acumulativa, el laboratorio de relaciones humanas, la asamblea general, etc., forman parte tanto de investigaciones como de usos clínicos particulares. Y en todos los casos el dispositivo se sitúa claramente en un mas allá del pequeño grupo tradicional. Estos dispositivos muestran una y otra vez sus límites, en muchos casos resultan superados por el propio movimiento grupal, que se derrama, y cuyos efectos han también de ser pesquisados. Tal vez el grupo amplio se acerque a lo que pudieran ser requerimientos sociales de intervención en situaciones de salud mental pública. Momentos espinosos como el caso de los desastres naturales ante el que nunca hay personal entrenado para hacerse cargo de las demandas de escucha o el manido asunto de las comunidades terapéuticas en las que la participación (política) es la razón de la cura.

Estos grupos amplios cumplen con oficiar como espacio de contención del sufrimiento, individual y colectivo que se sucede una y otra vez producto de una estructura social en la que la preocupación por la subjetividad personal pareciera ser cosa del pasado. La carga de trabajo in crescendo en todos los ámbitos de la vida social, la afectación directa a la salud mental y la estabilidad psíquica de las personas son productoras de una sintomatología uniforme aunque con variadas derivaciones. El burn-out es un claro ejemplo de cómo la organización estatal afecta de manera pareja a una amplísima capa social de trabajadores. Es como la enfermedad de moda, por lo actual, donde confluyen las características de personalidad más disímiles. Y hasta sus defensas como el trabajolismo muestran una cierta dependencia de los modos de organización del trabajo que por vía de la globalización ya no resultan particulares de cada realidad social. El grupo amplio entonces, también se abre a pensar en estas circunstancias en las que solamente por medio de la vía colectiva es posible ponerle coto al efecto enfermante, en tanto el grupo puede recuperar, como trabajo realizado entre todos, su capacidad de pensar.

Queda planteado así la derivación a la problemática del aprendizaje grupal y social. Ya no está en duda su existencia, tan solo sus condiciones de posibilidad. Parte por ser una pregunta para la técnica porque es en el fondo un problema de ética.

Así el grupo amplio puede incorporarse al instrumental profesional gozando de condiciones que –aunque producto de sus variados encuadres– resulten útiles para el acercamiento a la exploración de una multiplicidad de fenómenos socio-político-sanitarios, aunque aquí solo se esbocen algunos .


H.F. Julio 2012

 

INDICE

 

1.- Prólogo

2.- Presentación

3.- El grupo amplio operativo

4.- la experiencia acumulativa de aprendizaje

5.- El efecto dominó

 

Salud Mental e institución

6.- Burn-out: El trabajo psíquico con equipos de salud y de educación

7.- El sufrimiento en los equipos de salud producto de su propio crecimiento

8.- El modelo operativo de intervención multigrupal ante situaciones de desastre natural (terremoto y tsunami en Chile, febrero de 2010). Análisis de un caso.

9.- Apuntes sobre el modelo psicoterapéutico de grupo amplio del dr. Joseph rattner.

10.- La inclusión de grupos psicoterapéuticos en los servicios de atención primaria.

11.- La asamblea General en comunidades terapéuticas. 

 

La Conferencia de Leicester

12.- Resistencia y elaboración en el Grupo Amplio

13.- Transferencia y contratransferencia en las relaciones entre grupos 

14.- El rol del consultor en el ejercicio de las relaciones entre grupos

15.- El grupo amplio en espiral

 

Anexo

16.- Entrevista realizada a Janine Puget

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